miércoles, 5 de febrero de 2014

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ARGENTINA-ESPECIAL
Memoria, Verdad, Justicia: valores no olvidados en Argentina
Por Martin Hacthoun
Buenos Aires, (PL) Treinta años después de restituida la democracia en Argentina, Memoria, Verdad y Justicia siguen siendo hoy fuertes conceptos, que muchos argentinos se esfuerzan -y persisten- en que se consoliden y perduren.
   La vida y obra del poeta y militante argentino Juan Gelman, quien falleció recientemente, son vivo reflejo de los sufrimientos de millares de familias de este país que perdieron a sus seres queridos, y sobre los que muchos aún desconocen su paradero.
   Unas 30 mil personas fueron desaparecidas, muchas mediante atroces e impensados métodos como lanzarlas desde un avión al río La Plata o al Atlántico, o enterrarlas en barriles repletos de cemento y cal, han evidenciado organizaciones de los derechos humanos, tribunales y equipos de antropología forense.
   La historia de Gelman puede ser común para la de otro argentino, al literato le secuestraron en agosto de 1976 a la hija, al hijo, a la nuera embarazada de siete meses; a esta la mantuvieron viva hasta que parió en cautiverio y después la asesinaron. A la beba robada se la entregaron a un policía de la dictadura uruguaya.
   Tal saña fue consecuencia de la Operación Cóndor que se abatió letalmente sobre Argentina y otros pueblos suramericanos bajo las botas de las dictaduras.
   “Dicha Operación fue un pacto criminal entre los gobiernos dictatoriales de la década de 1970, Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay y actuó como una red, un pacto criminal que dejo un saldo fatal de más de 100 mil detenidos, torturados, asesinados en la región, rememoró el jurista paraguayo Martín Almada, Premio Nobel Alternativo de la Paz de 2002.
   Juan Gelman tuvo que exiliarse, pasó por varios países hasta que se asentó en Ciudad México; desde allí no dejó de escribir sobre la vida y la muerte, contra el terrorismo de Estado que vivieron los pueblos latinoamericanos, pero, sobre todo, su obra nunca dejó de destilar amor.
   Gracias a una larga investigación antropológica, judicial y forense, los restos de su hijo fueron hallados en un río en la localidad bonaerense de San Fernando; posteriormente en el 2000 los investigadores dieron con la identidad y el paradero de su nieta Macarena Gelman en Uruguay.
   Su caso, conocido públicamente, sirvió como testimonio y punta de lanza para la apertura de distintas causas judiciales, tanto en Argentina como en Uruguay, contra el Plan Cóndor y el Robo de bebés.
   Lo primero por lo que lucharon los grupos defensores de los derechos humanos con el apoyo de sindicatos y de una mayoría del pueblo que se resistía al olvido y que prevaleciera la injusticia, fue eliminar las leyes y decretos de impunidad, recordó Stella Calloni para Prensa Latina.
   Rescatar la memoria, buscar la verdad y encauzar la justicia “ha sido el paso más importante en el proceso de democratización del país después de la última dictadura cívico-militar (1976-1983), afirma la miembro del Consejo Directivo del Instituto Espacio para la Memoria, que agrupa a organizaciones y personas destacadas en la lucha por los derechos humanos.
   “Ha sido clave para recuperar la memoria histórica de la nación, que sufrió un vacío enorme; durante esos años de dictadura hubo un vaciamiento de las universidades; desaparecieron alumnos y profesores se exterminaron sindicalistas, intelectuales, artistas…”, remarcó la investigadora.
   “Nunca se pensó que esa dictadura fuera tan ferozmente inhumana y sangrienta”, señaló por su lado el dirigente sindical Oscar Verón.
   “Argentina había vivido otros regímenes militares; pero nunca se pensó, ni imaginaron quienes la vivieron que esta última fuera tan ferozmente cruenta”, resumió el líder gremial.
   Esa lucha por restituir la memoria, la verdad y la justicia alcanzó su cenit cuando por instrucción del extinto presidente Néstor Kirchner se retiró de la Casa Rosada el cuadro del general Jorge Rafael Videla, rememoró el diputado nacional Horacio Pietragalla, hijo restituido de padres desaparecidos.
   “Con esa acción Kirchner le devolvió la fe a cientos de miles de familias argentinas y sumo a millares de jóvenes que encontraron una causa la cual defender y hacer avanzar”, aseguró el legislador por el Frente para la Victoria.
   Represores que habían sido absueltos o simplemente ni encartados, volvieron al banquillo de los acusados como el propio general Jorge Rafael Videla, quien falleció en la cárcel en 2013. El exdictador estaba siendo juzgado en segunda instancia al momento de morir por su participación en la Operación Cóndor.
   Como él también fueron condenados, por ejemplo, el pasado año a cadena perpetua el exgeneral Reynaldo Bignone y el excomandante de Institutos Militares Santiago Omar Riveros.
   El proceso de la restitución de la memoria, la verdad y la justicia se encaminó por varias direcciones, una la búsqueda e identificación de restos de los desaparecidos, así como de los bebés robados a padres desaparecidos y asesinados, y restituirlos a sus familias, señaló Calloni.
   En el plano judicial, el otro esfuerzo se encaminó a buscar, enjuiciar y juzgar a los represores, militares y policías. “Esos juicios son tan fuertes; son crónicas duras de lo que vivieron millares de familias en este país”, describió la también escritora y periodista.
   Durante 2013, tribunales argentinos dictaron sentencia en 24 juicios contra represores de la última dictadura cívico-militar por delitos de lesa humanidad, entre estos las cadenas perpetuas a Bignone y Riveros. Hubo fallos de condena en Mar del Plata, en Buenos Aires, Salta, Rosario y Resistencia.
   Al comenzar 2014, se desarrollaban nueve juicios que se reanudarán a partir de febrero, más otros cuatro nuevos que comenzarán en ese mes y en abril, todos por diversos delitos de lesa humanidad.
    Entre esos procesos más connotados está el que se viene desarrollando desde el 28 de noviembre de 2012 contra los secuestros, torturas y homicidios perpetrados en la Escuela de Mecánica de la Armada, en el cual se juzga a 67 represores -entre ellos dos civiles- por los crímenes contra 789 víctimas.
   En el banquillo de los acusados en la causa conocida como ESMA III, se encuentran ocho aviadores militares y de la Prefectura Naval acusados por los denominados "vuelos de la muerte", desde los que se arrojaba prisioneros vivos al mar o al Río de la Plata.
   Igualmente, en otro tribunal federal de esta capital proseguirá el juicio por los crímenes cometidos en el marco de la Operación Cóndor, el siniestro plan coordinado por la CIA con las dictaduras suramericanas para perseguir y exterminar a opositores políticos fuera de sus propios países.
   Esas dos causas se encuentran en el período de testimoniales, en los que prestan declaraciones más de 150 testigos.
   El Ministerio de Justicia y Derechos Humanos continúa con el ofrecimiento de recompensas para quien aporte datos sobre el paradero de 58 represores prófugos, acusados de delitos de lesa humanidad antes y durante la dictadura cívico militar.
   En el frente judicial, se abre un derrotero: el enjuiciamiento y procesamiento de civiles que colaboraron o participaron directamente en delitos de lesa humanidad.
   El hallazgo en el sótano del Edificio Cóndor, sede de la Fuerza Aérea, de más de mil documentos secretos de la Junta Militar, en especial sus actas secretas en las que se detallaba el proceder dictatorial y represivo, además del robo de propiedades y empresas, puede abrir o profundizar nuevas causas en el plano judicial. Todavía queda camino por recorrer.
   Tras ardua y minuciosa investigación, antropólogos forenses argentinos lograron hallar e identificar en 2013 los restos de 20 personas, víctimas de la represión durante el terrorismo de Estado.
   En esa labor participó y coordinó los trabajos principalmente el Equipo Argentino de Antropología Forense, y contó con el apoyo, por ejemplo entre otros, del Colectivo de Antropología Memoria e Identidad de Tucumán.
   Particularmente en esa norteña provincia fueron hallados e identificados los restos de seis desaparecidos en el llamado Pozo de Vargas, y el de los militantes Oscar Wilkelman y Miguel Angel D’Andrea, entre los ocho cadáveres hallados en una fosa común del Campo Militar de San Pedro.
   Entre los restos hallados e identificados en 2013 están los de siete mujeres, y del joven diplomático cubano Jesús Cejas, quien fue secuestrado, torturado y asesinado en 1976. Se evidenció de que lo atormentaron en el taller Automotores Orletti, sede central de la Operación Cóndor en Argentina.
   Cejas fue secuestrado el 9 de agosto de 1976 en el barrio porteño de Belgrano, junto con su compatriota Crescencio Galañena. Ambos cadáveres fueron hallados dentro de barriles metálicos de 200 litros rellenos con cemento, en el municipio bonaerense de San Fernando, donde también hallaron los restos del hijo del poeta Gelman.
   Los culpables de su desaparición fueron juzgados y condenados; fue el primer juicio por terrorismo de Estado contra Cuba que ha tenido lugar fuera de la isla.
   En la búsqueda y restitución de identidad, la unidad fiscal especializada en esta labor de la Procuraduría General de la Nación desde su creación en 2012 inició 51 investigaciones sobre apropiación ilícita de niños durante la dictadura.
   La Unidad, a cargo del fiscal Pablo Parenti, ha logrado abrir causas judiciales a 73 personas que están siendo procesadas y otras 71 que ya fueron sentenciadas por delitos vinculados al robo de niños durante el régimen castrense.
   En conversación con Prensa Latina, el congresista Pietragalla, uno de los niños restituidos, preciso que 109 chicos, hoy hombres y mujeres jóvenes, han recuperado su identidad, 97 están actualmente con vida, mientras se buscan arduamente otros 400 nietos más.
   Especialmente en ese esfuerzo humanitario se han destacado las organizaciones Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, que no han dejado de hacer cada jueves la ronda en ese histórico parque con el reclamo de que “aparezcan con vida los detenidos desaparecidos”.
   El poeta de la vida, Juan Gelman, falleció cuando todavía buscaba afanosamente los restos de su nuera María Claudia García Iruretagoyena. “Esa fue una de las batallas que libró hasta su muerte”, recordó Macarena Gelman en entrevista con el diario Página 12. “Por eso, la historia sigue abierta,” afirmó la nieta restituida.
mh